“Me gustan más los sueños del futuro que la historia
del pasado”. Thomas Jefferson.
Era posible
escuchar el sonido del silencio en el exterior de la sala número cinco. Estaba
ocupada. La luz roja sobre la puerta así lo indicaba. El sistema de
autentificación biométrica a un lado de la puerta todavía conservaba la
geometría del árbol de las venas de una mano. Pertenecían a la enfermera que se
encontraba en el interior, junto a Nicole. Ésta dormía plácidamente, tendida
sobre una cama situada justo en el centro de la estancia cuadrada. Un cuadrado
perfecto. Sólo se escuchaba el sonido de sus constantes vitales reflejadas en
un monitor a su derecha. Unos cables conectados bajo la pantalla avanzaban como
tentáculos hacia su cuerpo, atrapándola con sensores situados sobre su cabeza y
su pecho. En la pared del fondo una pantalla de cristal mostraba su imagen
previamente filtrada por un escáner térmico. El color amarillo predominante
confirmaba que la temperatura se mantenía estable, a 34 grados, la necesaria.
La enfermera comprobó los datos del
monitor. Sus dedos se deslizaron por la superficie de la pantalla hasta que
apareció la imagen de una mujer. Colocó el dedo índice sobre ella obteniendo
una proyección del cuerpo justo al lado de Nicole. Si ésta se hubiese
despertado en ese instante, habría creído que junto a ella había un espejo y
que era su reflejo lo que contemplaba y no una mujer, cuyo parecido con ella
era casi aterrador. Los sensores fueron retirados al superponerse la imagen holográfica sobre el cuerpo de
Nicole. Al entrar en contacto con ella la temperatura corporal aumentó durante
unos segundos, cambiando el color amarillo por el rojo de la pantalla del
fondo. La enfermera miró hacia las luces que desde el techo iluminaban la
habitación.
Desde el laboratorio Jan Stein
controlaba cada uno de los movimientos de la habitación captados por las
pequeñas luces del techo y que eran enviados a sus HLScreen. En una de ellas
observaba los cuerpos de las dos mujeres. En otra, la imagen de un día soleado
junto al mar. Sin perder de vista los dos cuerpos estudiaba minuciosamente la
escena que estaba empezando a desarrollarse en la segunda pantalla, comprobando
que todo coincidía como una copia perfecta con los datos que le había proporcionado
Nicole hacía unos días.
—Puedes empezar
cuando quieras.
Nicole suspiró profundamente y cerró
los ojos. Necesitaba concentrarse.
—Estoy sentada, mis
manos juegan con la arena, contemplo fijamente el vaivén de las olas que
parecen querer atraparme y llevarme con ellas.
Acompañaba sus palabras con el
movimiento de las manos, como si realmente estuviera tocando la arena.
—¿Mañana, tarde, noche?
—¿Cómo?
—El momento del día en el que…
—¡Ah! Un atardecer, justo antes de
una puesta de sol.
—¿Puesta completa?
Nicole le dirigió una mirada
interrogativa.
—¿Desde el inicio de
la puesta hasta el final?
—Por supuesto.
—Color.
—Tonos anaranjados.
—De acuerdo, naranja.
—No, tonos
anaranjados.
—Es lo mismo.
—No lo es. ¿Tú
pintas? Lo que quiero decir…
—Está bien, está
bien. De acuerdo… tonos anaranjados. —Jan bajó la cabeza hacia la hoja y siguió
escribiendo.
Recordaba aquella conversación que
le había parecido tan absurda. La gran sensibilidad de Nicole contrastaba con
el carácter frío y extremadamente controlador de Jan, con
su mente ocupada tan sólo por términos científicos. Pero él había conseguido
que la descripción de la belleza del atardecer, tal y como ella le había
transmitido, quedase reflejada perfectamente en las imágenes. La pantalla que
ahora observaba sin perder detalle se lo confirmaba: Nicole acariciaba la arena
mientras el sol estaba a punto de desaparecer tiñendo el horizonte de reflejos
anaranjados. No sólo naranja. Para ella era el espectáculo más bello del mundo,
ésas fueron las palabras que utilizó cuando Jan le preguntó por qué había
decidido recuperar ese recuerdo.
—Basta contemplarlo
una sola vez para que quede instalado eternamente en tu mente.
Era incapaz de entender la
importancia que tenía para ella recordar una imagen tan simple como la de una
puesta de sol. Ni tan sólo cuando le explicó que correspondía al momento en que
vio por primera vez el mar. Aquel verano fue muy importante para ella. Fue
feliz durante unas semanas. Hasta que volvió al orfanato y empezó aquel
peregrinaje continuo de familia en familia.
Antes de que Nicole despertara, la
enfermera volvió a entrar e hizo desparecer la imagen de la inesperada
compañera que había invadido su cuerpo. Jan contemplaba la escena con
satisfacción.
Nicole fue conducida de nuevo a la
sala común donde se encontraban sus compañeros. Cada vez era todo más confuso
en aquel lugar. Memory Shelter, así lo llamaban. Cuando empezaron los
primeros síntomas los ignoró, no les dio importancia. Sería algo pasajero. Pero
sus lagunas mentales habían aumentado alarmantemente y a un ritmo imparable. Aquella
sociedad tan deshumanizada en la que vivía tampoco le servía ya para
justificarlo: las familias monoparentales redujeron enormemente tanto el número
de habitantes como los lazos de unión entre las personas. El mundo laboral
también contribuyó a mermar el contacto físico: oficinas con pocas personas y
dotadas de tecnología punta. Ello propició el desarrollo de la vida
laboral en casa donde era facilísimo acceder virtualmente al lugar de trabajo. Y en los hogares, ocupados por uno o máximo tres
miembros, los espacios de cada uno estaban perfectamente delimitados: se diría
que eran inquilinos en su propia casa, apenas salían de su habitación en la que
ordenadores, smartphones, tablets… llenaban sus vidas. El momento
de encuentro alrededor de una mesa para comer era mínimo. Necesitaban
alimentarse. Bastaban quince minutos. Los más privilegiados gozaban de casas
domóticas dotadas de mecanismos capaces de realizar casi la totalidad de las tareas
domésticas. Pero al mismo tiempo ese tipo de vida creó una rutina, no había
apenas sorpresas, las mismas acciones se repetían cada día. La memoria no
tendría que haberse visto afectada, bien al contrario. Había poco que recordar.
Nicole decidió consultar con un profesional. La derivaron inmediatamente a
aquella especie de hospital laboratorio. Le explicaron que no era la única que
había experimentado aquellos extraños síntomas, que algo estaba sucediendo y
que el número de afectados iba en aumento. Estaba tan asustada que no cuestionó
ninguna de las explicaciones que le proporcionaron. Hasta
hubiese sido capaz de beber una pócima mágica llegada desde el más allá para
recuperar la memoria. Eran médicos y por el modo en cómo hablaban parecían
excelentes profesionales y expertos en el problema que la estaba afectando. Seguro
que la ayudarían. Pero necesitaban que depositase su confianza en ellos.
—No pretendo
alarmarte, pero es necesario que comprendas la gravedad del problema. Por el
mismo motivo sería casi imprescindible que te trasladases al hospital para
poder tratarte adecuadamente. Es el único modo de ver cómo evoluciona día a día
tu pérdida de memoria y de encontrar la causa y la solución. Supongo que
estarás de acuerdo.
Fue suficiente la mirada de Nicole
para tener la certeza absoluta de que accedería sin pensárselo. Estaba perdida
y la estudiada persuasión de las palabras de Jan dio justo en el centro de la
diana de la angustia de Nicole.
Ahora se encontraba en aquel lugar
al que llamaban refugio. Era irónico. Había convivido con muchas familias a lo
largo de su vida buscando algo parecido a un hogar. Pero su extraño carácter,
aquella extrema timidez que la hacía alejarse de los humanos y encerrarse en
ella misma, hizo que no encajase en ninguna de las familias de adopción. Esos
fueron los argumentos que aparecían en los informes para justificar la llamada
“no adaptación” al nuevo entorno. Alguien creyó incluso observar índices de
autismo. ¿Era tan difícil entender que la vida de una niña abandonada estuviese
marcada por la soledad y la tristeza? Tal
vez lo más difícil de entender y de creer fuese que ellos acabarían adoptando aquellos
mismos rasgos de personalidad en un futuro. Nicole encajaba ahora perfectamente.
—Imagínate que tu mente es…
Jan era
incapaz de utilizar términos que escapasen del ámbito científico. No encontraba
las palabras justas para que sus pacientes comprendiesen con exactitud sus
explicaciones. La banalidad no era su fuerte. Delante de él tenía una revista
científica: la portada mostraba a un científico sentado en un lujoso despacho y
justo detrás de él un enorme cuadro.
—Que tu mente es… un lienzo enorme ocupado por los dibujos de todos tus
recuerdos. —Jan se felicitó a sí mismo por la imagen poética que acababa de
crear—. Lo que te está sucediendo es que hay algo que poco a poco va borrando
los colores, las formas…, dejando en su lugar el lienzo en blanco.
Satisfecho, observó la expresión de
Nicole para comprobar que le había entendido perfectamente.
—¿Pero por qué? ¿Cuál
es el motivo? ¿Qué puedo hacer?
—Eso es lo que
estamos investigando. Cada día conocemos algún caso nuevo en algún lugar del
mundo. Hemos creado unos grupos de investigación formados por profesionales.
Pero necesitamos vuestra colaboración, la de los afectados. Necesitamos tener
el control absoluto sobre vosotros para poder ayudaros, para averiguar el
motivo que ha instalado un borrador en vuestras mentes.
—Entonces no soy la
única…
—No…
—¿Y usted?
—¿Yo? De momento todavía conservo en
mi mente la galería completa de mis recuerdos, no me han robado ningún cuadro. —Jan
sonrió. Le costaba creer que fuese capaz de utilizar ese vocabulario. Se había sorprendido
a sí mismo, algo impensable en un hombre no acostumbrado a la improvisación—.
Pero es posible que en cualquier momento empiece todo.
Nicole accedió. ¿Qué podía hacer? Aquella
llamada fue el detonante que la hizo decidirse.
—Nicole, ayer te
estuve esperando más de una hora. Me dejaste plantado. ¿Te pasó algo? Podías
haber avisado. ¿Nicole? ¿Me escuchas? No me digas que te has olvidado, si
fuiste tú la que insististe la semana pasada.
Lo escuchaba. Pero había enmudecido,
era incapaz de hablar. ¿Quién era aquel chico con el que tenía una cita? Sus
manos temblaban cuando colgó el
teléfono. Las palabras que acababa de escuchar le confirmaron que su problema
se había agravado: era incapaz de recordar un hecho sucedido hacía pocos días,
incapaz de reconocer aquella voz que, evidentemente, pertenecía a alguien que
conocía muy bien. Se dirigió hacia el mueble que se encontraba en la única
habitación de su casa y que hacía las funciones de sala de estar, dormitorio y
cocina. Acostumbrada a la soledad, cuando abandonó el orfanato decidió que
poder trabajar desde casa sería la opción más correcta. Su pasión por la
lectura y la posibilidad de realizar cursos a distancia acabaron convirtiéndola
en correctora ortotipográfica. Ello, junto con un trabajo ayudando en el
comedor de una escuela, le proporcionó unos ingresos mínimos para ir viviendo.
Estaba acostumbrada a llevar una vida austera. El alquiler del piso incluía el
mobiliario. Las estanterías de aquel mueble eran suficientes para alojar sus
pertenencias. Allí estaban los cristales fotográficos. Quería comprobar hasta
dónde había llegado su amnesia. Depositó una pequeña esfera de cristal azul en
el interior de un proyector en forma de
pirámide. Respiró aliviada cuando comprobó que todavía era capaz de recordar
aquellas imágenes: sus últimos años en el orfanato, sus compañeras, sus
dieciocho años.
—No sabemos cuál es
el recorrido de vuestra amnesia, pero parece ser que es aleatorio. El orden en
el que perdéis vuestros recuerdos viaja en todas direcciones. Si trazáis una
línea imaginaria de vuestra vida… –Jan dibujó en la pantalla táctil una línea.
En un extremo escribió el número del año actual y en el otro extremo el del
nacimiento de Nicole—. En el momento en que se manifestaron los primeros
síntomas se supone que poseías el cien por cien de tus recuerdos. Ese
porcentaje irá descendiendo.
—Cero… —Nicole observaba
hipnotizada la pizarra.
—Del cien al cero, en
efecto. Ningún recuerdo.
Y ahora, sentada en aquel sofá de
piel negro, en aquella habitación sin ventanas en la que pasaba sus días entre
prueba y prueba, observaba a sus compañeros. Dos personas que junto a ella
compartían ahora el vacío de sus vidas.
Esto es una muestra. Podremos acabar de leer el capítulo en cuanto se publique la novela MEMORIAS DEL PORVENIR, que próximamente saldrá a la venta para recaudar fondos en beneficio de la Asociación Síndrome de Marfan, SIMA. Disculpa las molestias. Gracias por tu comprensión.
Impresionante.
ResponderEliminarNo he podido resistirme a imprimirlo.
Lo he leído del tirón en la pantalla del ordenador.
Montse, ha sido duro pero ha merecido la pena.
Os invito a todos a leerlo. Es tremendo. Prefiero no dar pistas...
Fantástico. Toda Gran Historia tiene un Enorme Comienzo. Muchas gracias, Montse, por engarzar la primera gema. Perfecto el trabajo de los Ilustratureros. Da gusto trabajar con vosotros, chicos.
ResponderEliminar¡Uaaau! Montse, ¡enhorabuena! ¡Te ha quedado genial! Me encanta el tema y la historia que se intuye. Lo he leído solo una vez y ya ha despertado en mi imaginación un montón de incógnitas y posibilidades. Tendré que reelerlo varias veces para captar más detalles... ¡Menuda imaginación, chica! Y no me cansaré de repetirlo: tu manera de escribir hace que no puedas de dejar de leer hasta el final.
ResponderEliminarLo dicho: ¡felicidades a la autora y a todo el equipo!
¡Qué ganas de ver cómo lo ilustrará David! ¡Y qué ganas de leer ya el capítulo 2!
Excelente. Inquietante. Perturbador. Enhorabuena, Montse. A ver que sigue....
ResponderEliminarME HA ENCANTADO! He podido sentir una angustia terrible ante la sóla idea de verme en el lugar de los personajes, esa falta de memoria, esas vidas vacias,.., pero de repente ha dado un giro tremendo con la aparición de Sam, esa tensión, intriga por saber que ocurre, el miedo por ser descubierto, uf, es impresionante. Enhorabuena Montse! ^^
ResponderEliminarMi enhorabuena y mis disculpas ya las tiene Montse desde hace tiempo xD (ella sabe lo que la hemos hecho pasar la pobre) pero quitarme el sombrero sería poco para destacar el trabajo que ha realizado. Y lo que es más importante: las ganas que ha despertado en los demás para que nos llegue nuestro turno y poner nuestra piedra en el camino.
ResponderEliminarGracias Montse y gracias Ilustratura por encender la chispa de la creación en más de uno
Cuanto más lo leo, y ya son unas cuantas veces, más me gusta. Enhorabuena Montse, has creado una gran historia, digna de dar comienzo a nuestra novela. Me gusta muchísimo todo: la idea de la misteriosa falta de memoria, los cuerpos de dos mujeres y un hombre en las mesas de cristal ¿Robert, Caroline y Nicole?, lo que se esconde tras el rostro imperturbable de la secretaría, ¿qué se traerán entre manos estos doctores?, etc. pero lo que más me ha gustado es el personaje de Sam y la idea de los cómics para recordar, esto da mucho juego. El narrador en 3ª persona y el diario que me encanta la idea, hace que nos pongamos en la piel de Sam al estar en 1ª persona. Como dicen nuestros compañeros, el relato es inquietante y angustioso cuando te paras a pensar lo que les está ocurriendo, pero también es emocionante y mantienes la intriga hasta el final. Por todo esto, te felicito. ¡Qué gran primer capítulo nos has regalado!
ResponderEliminarHago coro de lo dicho por Vicente, con un BIS.
EliminarMenudo comienzo!!!! Genial, Montse. Qué bien que hemos empezado!!!
ResponderEliminarUna pregunta para el equipo organizador de cara a este capítulo y a los que sigan: ¿podemos hacer comentarios sobre los detalles que nos han llamado la atención y cómo creemos que va a evolucionar la historia? No para condicionar al escritor del siguiente capítulo, sino para calmar el gusanillo de la intriga... ¿O mejor esperamos a que nos sorprenda el escritor que tome el testigo?
ResponderEliminarPor supuesto que sí Chus, faltaría más. Eres libre de comentar y preguntar lo que quieras, mientras el escritor no desvele su capítulo antes de hora...
Eliminar¡OK! Pues así de entrada, después de la primera lectura, me ha llamado la atención que entre los "elegidos" haya una correctora ortotipográfica y un dibujante de cómics... ¿Alguien más ve aquí una posible conspiración científico-literaria??? ;-)
EliminarY otro de ellos se llama Robert, como nuestro escritor 2... uumm esto da que pensar...
EliminarTodos los elegidos son unos románticos: Nicole, la correctora apasionada de la lectura que elige como recuerdo una puesta de sol; Robert, el luchador contra la frialdad de un "mundo dominado por la tecnología" que elige el nacimiento de su hijo; Sam, el dibujante de comics que se aferra al papel y láipz; y Caroline, seguro que también ;-)
Eliminar¡Montse, qué comienzo! ¡Extraordinario! ¡Qué listón más alto has puesto, aunque confío en el señor Del Sol, que con ese apellido seguro que el segundo capítulo también brillará! ¡Y falta la ilustración! La verdad es que es un gran mérito este proyecto, pero la base ya está estupendamente puesta con esa historia tan emocionante. ¿Cómo seguirá? Aysss, todo lo que queda todavía...
ResponderEliminarOhhhhhhh me ha encantado!!!! Mira que yo no soy de CiFi pero me habría leído el libro entero, sin pestañear. Ahora estoy intrigadísima, deseando que llegue el mes que viene para seguir leyendo. ¡Enhorabuena, Montse, fantástico es poco! Has creado un comienzo completísimo, interesante y adictivo, ¿qué más se puede pedir?
ResponderEliminarUn inicio inmejorable. Me encantan todos esos guiños que has ido metiendo en el capítulo. Casi dan ganas de que continúes tú con el resto de la historia. Aunque estoy seguro que los continuadores estarán a la altura. Espero estarlo yo también con mi dibujillo. Estupendo, Montse.
ResponderEliminarY con dibujante de cómics incluido eh?
EliminarEs poco lo que pueda decir que ya Montse no sepa de mi parte. Pero si he de ser repetitivo, lo seré. Al igual que Vicente, con esta última ya son unas cuantas las veces que he leído este capítulo, y la verdad cada vez lo encuentro mejor elaborado, y lleno de más posibilidades grandiosas. Debo decirte Montse que has creado una historia con buena apertura para ser transformada en cientos de forma, y eso no es fácil de hacer. Has dejado muy bien plantadas las pistas y basta ver cómo son interpretadas por los que te seguirán. Sin embargo, lo has dejado tan bien cocido que será muy difícil que pierda calidad con la participación de los siguientes escritores. Es esa combinación de hilar fino y dejar puertas abiertas lo que me hace pensar que este es un comienzo excelente para nuestro proyecto. Y deja en alto la responsabilidad para los que te sigan, en términos de calidad. Y para terminar, porque podría quedarme mucho rato hablando de cientos de cosas que me parecen geniales, debo decir que hay un punto que ha sido mi favorito de todo el capítulo, y es el juego de las luces térmicas que marcan los pasos de los visitantes y del personal autorizado. Es, para mí, una reformulación del perfil paranoide del Gran Hermano de Orwel, pero con un agregado. Si bien, las marcas rojas podrían cerrarte el acceso a áreas restringidas, el Gran Hermano que te vigila te deja tomar una probadita de realidad, mientras te acorrala. Un juego poderosísimo en términos de terror psicológico, y un montaje estructural difícil de sortear, que auguro garantizará grandes escenas de acción. Además, aquello de los colores que identifica a cada sujeto dentro del Memory Shelter, pues resulta demasiado gráfico. Es, sencillamente, una de esas cosas que te hacen preguntarte, ¿cómo es que no se le había ocurrido a nadie antes? Supremo capítulo, Montse, y un verdadero placer haber trabajado contigo este mes.
ResponderEliminarOs agradezco enormemente todos vuestros comentarios y os confieso que me habéis emocionado. Confieso también que ha sido una experiencia muy intensa y enriquecedora. Me he sentido en muchos momentos como si me moviera en arenas movedizas, insegura y con las dudas de si sería capaz de mantener a flote con la calidad que se merece un proyecto como Ilustratura. Mi falta de experiencia y el desconocimiento de un género literario que nunca me había atraído demasiado (fijaos que hablo en pasado) me bloquearon en algunos momentos. Pero ahí estaban mis superhéroes que me animaban continuamente y que también me sufrieron: muchísimas gracias a los organizadores de Ilustratura y especialmente a SuperTico y SuperMiguel Ángel. Y hablando de superhéroes quiero destacar la estupenda labor de los revisores de la trama, David y Víctor, realizando una exhaustiva revisión del capítulo y demostrando que son unos profesionales increíbles. Sin ellos el resultado final del capítulo no sería el mismo. Me han guiado con sus sugerencias, consejos… pero todo desde un profundo respeto y cariño. Ésas son las bases que garantizan el éxito de nuestro proyecto: profesionalidad, seriedad, respeto y cariño. Y no me olvido de mi maravillosa correctora que recibió el capítulo cuando el reloj casi marcaba la cuenta atrás. Gracias Mariola también por tu ayuda y por tu excelente trabajo. Y me dejo a Natalia y Alba que también se merecen estar entre los agradecimientos por sus generosas palabras y su entusiasmo.
ResponderEliminarOs vuelvo a agradecer vuestros comentarios porque teniendo en cuenta que todos sois unos genios vuestras palabras son para mí un regalo bellísimo. Paso el testigo a Roberto del Sol y estoy ya deseando leer su capítulo que seguro que nos va a dejar a todos alucinados y con ganas de leer el siguiente. Y, por supuesto, también estoy deseando ver la ilustración que David Bastos realizará del capítulo. Mientras escribía tuve muy en cuenta tanto a Roberto como a David Bastos: intenté crear una trama lo suficientemente abierta para que se pudiera continuar con total libertad y conseguir transmitir al ilustrador muchísimas imágenes para poder ilustrar.
Gracias y un fuerte abrazo a todos.
Ah, se me olvidaba una cosa…últimamente me sucede… ahora no recuerdo que os quería decir…
Cuidado con eso Montse. Si últimamente se te está olvidando lo que quieres decir, quizás sea hora de que visites el Memory Shelter. Jejeje.
EliminarMe han encantado tus palabras. Y creo que has definido en toda ley los cuatro pilares de ilustratura: profesionalismo, seriedad, respeto y cariño. Llevo semanas pensándolo, sin ponerlo en esas palabras. Pero, definitivamente son esas cuatro cosas las que me hacen levantarme cada día más emocionado, por la idea de estar participando en un proyecto como este, y tener el lujo de colaborar con personas como tú. Ya tengo ganas de que se repita en algún otro momento.
En fin, no me extiendo más, que ya antes dije bastante. Te dejo un abrazo.
Gracias a ti por tus palabras, Montse. Encantada una vez más de trabajar contigo y leer tus textos con un poquito de ventaja. ;-)
EliminarGracias ti Montse, cuanto tengas un problema, tú silba y allí estaré, para eso estamos los superheroes :) Ahora en serio, estoy de acuerdo en los 4 pilares que apuntas y que subraya Víctor. Es el buen rollo entre nosotros (y quien se quiera apuntar ya que no le cerramos los comentarios a nadie) lo que caracteriza este proyecto: ilustratura, tu novela amiga jeje
Eliminar¡Montseeee, fenómenaaa! Me encanta la ciencia ficción, y me encanta cómo escribes, así que he leído absorta este magnífico capítulo, y hubiera seguido leyendo de un tirón hasta la página 500 si hubiera habido más!!!! Me he quedado con ganas de más... ¿Por qué derroteros llevarán este relato nuestros compañeros? Más intriga imposible... Un besazo!
ResponderEliminarAbre el apetito de crear, un estupendo bocado para lo que promete será un plato delicioso. ¿Qué somos sin memoria? Estupendo este territorio de ficción tan cercano sobre nuestra identidad, el pasado, el futuro y, por supuesto todas las puertas que dejas abiertas al ilustrador y al próximo escritor.
ResponderEliminarSaludos y felicidades
Montse, ¡qué gran comienzo!
ResponderEliminarHace un mes nerviosa por la presión del "primero" de ilustratura y en ciencia ficción (que dices que no controlabas), pero el resultado es magnífico. Los personajes me gustan mucho (¿qué pasará con ellos? aún es pronto para saberlo, pero qué ganas, qué intriga)y el intercalar la voz del narrador con el diario, en papel por supuesto :)
Y es que es tan visual, que ya desde que lo leí por primera vez (sí, confieso que al igual que otros compañeros lo he leído no una, ni dos, ni siquiera tres veces, ha sido alguna más) se me ocurrieron un montón de ideas para ilustrarlo.
¡¡Enhorabuena!!
¡Sin palabras! han sido tantas alabanzas por todos, que a mí no me han dejado ninguna. A si que...la más humilde pleitesía por mi parte. ESCRITORA.
ResponderEliminarGRACIAS POR EL REGALO.
Con permiso procedo a su impresión y lectura. Abrazos para vosotros.
ResponderEliminarSencillamente genial. Gracias Montse. Has pasado por ese vértigo e inseguridad que se siente a la hora de crear, pero has demostrado que vas súper sobrada en estas artes. Esto ha comenzado por todo lo alto. Enhorabuena a ti y a todo el equipo de Ilustratura. Niko
ResponderEliminarMe ha parecido estupendo,no se describir la sensacion, es como cuando tienes hambre y vas comiendo, se termina la comida y quieres mas. Pues esa sensacion es la que me ha quedado¡¡¡ Quiero mas !!!!.Deseando seguir devorando lectura
ResponderEliminarCiencia Ficción…! Ahí me as dao, justo en la fibra.
ResponderEliminarNo imaginaba que este iba a ser el tema para la primera edición de Ilustratura. Una muy grata sorpresa, así como el “pedazo “ de primer capítulo que acabo de leer.
Montse, no se lo has puesto nada fácil a Don Roberto, pero seguro que sabrá manejarse con soltura.
Felicidades a ti y a todo el equipo que forma este precioso proyecto.
Hola José Vicente, muchas gracias. Si quieres saber como se eligió el género de la novela lo puedes consultar en el punto 2 de la Noticia 2 en la sección INFO. Fue una ardua tarea.
EliminarLeido ^^ justo a tiempo de esquivar los "spoileres" que puedan caer en el programa jajjajja
ResponderEliminarMontseeee, enhorabuena, estás hecha una campeona XDD Has dejado el misterio bien servido, los personajes bien encaminados y la cifi facilita, facilita para que nos enteremos hasta los que no somos muy del género XDD.¡¡¡Buen trabajo, compañera!!!
Con interés he leído el Capítulo I - Memory Shelter y, al final, cuando la puerta se abrió me he quedado en total suspenso. Presiento que lo mejor está por venir, y el relato proyectado en el futuro CONTINUARÁ... Mientras, la tecnología presente y futura nos jugará muchas pasadas. Enhorabuena, Montse.
ResponderEliminarInteresante...Empezaré trabajando capitulo a capitulo para tener una idea bien creada cuando me toque el turno. Buen texto :)
ResponderEliminarUn gran capítulo, con altas dosis de misterio y emoción para dar el pistoletazo de salida a nuestra novela. Muy bien escrito y con final abierto para su continuación. Gracias Montse por tu colaboración y por tu esfuerzo. Sabemos que la ciencia ficción no es tu género predilecto para escribir pero leyendo tu capítulo estamos convencidos que puedes con todo. Te animamos a que sigas haciéndolo. Es un lujo que tu pluma esté en el equipo titular de ilustratura. Enhorabuena y a disfrutar del resto de la novela.
ResponderEliminarMe he leido este capitulo y se me hace fabuloso
ResponderEliminarvoy por más.
Saludos
Carlos
¡Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios!¡Un abrazo!
ResponderEliminarLo que hubo, sobre todo, fue una SuperMontse. La novela terminará y pasará el tiempo y hasta puede que se venda alguna y todo. Pero ¿sabes qué? Siempre te deberemos el haber puesto rumbo a nuestra aventura.
ResponderEliminarA propósito del Dr Stein, este capítulo y sus aledaños quedarán en nuestro recuerdo, para toda la vida. Eres grande, Montse.
Un abrazo
Atrapado y no recuerdo por qué. Enhorabuena.
ResponderEliminarMe habían recomendado este proyecto y como nuevo usuario decidí comenzar por el principio.
ResponderEliminarSiento ser la nota discordante y a la persona que me lo recomendó también le diré esto, lo siento pero no me lo creo. Si leo algo espero creerme la historia que cuenta y no es el caso. Los diálogos son malos, iguales, sea el personaje que sea el que hable, como si solo hubiera una voz. No transmiten y en ocasiones hasta parece que sobren.
Tampoco lo veo ágil. No sé, no soy un entendido, pero he leído cosas mucho mejores.
Leeré el segundo capítulo para ver si me sorprende, pero ahora no puedo deshacerme en elogios como hacen otros cuando no lo siento así.
Lamento si mi opinión es demasiado dura, pero es lo que veo.
Espero que os vaya todo bien.