“Lo peor que hacen los malos es
obligarnos a dudar de los buenos”.
Jacinto Benavente.
Domingo,
21 de diciembre, 2025
La
visita a ColdStone me ha dejado aún más débil y confuso. No estoy seguro de si
al final saben dónde estamos o no, ni las consecuencias que ello puede
acarrear. Todos me piden que confíe en ellos, pero no sé en quién hacerlo,
excepto en Zach. Sin Zach es posible que ya estuviera muerto, que todos lo
estuviésemos. Me alegro de haber hablado con mamá. Me ha pedido perdón por el
pasado. Me ha dicho que se casó con aquel hombre para protegernos porque tenía
pánico después de lo ocurrido con papá. Era alguien influyente y le prometió
que velaría por nosotros. La misma promesa que le hizo papá y no pudo cumplir.
Zach se acercó al padre Maydana y le preguntó
si podían hablar a solas. Éste le hizo un gesto afirmativo con la cabeza y le
llevó a una sala contigua, donde había un robot dispensador de bebidas.
Zach
apretó el botón marcado con las letras CL y se sentó en un sillón de piel
marrón. Aquella mezcla de lo antiguo y lo moderno le hacía sentirse en el
interior de un enorme agujero negro. Se quitó la chaqueta y, al hacerlo, palpó
un bulto en el bolsillo interior de la misma y recordó que llevaba consigo
algunas de las hojas de los diarios de Sam. Debería haberle confesado que los
tenía, en vez de seguir callado. En la Tina, Sam pidió papel, bolígrafo y
lapicero para poder volver a escribir y dibujar. Les costó un par de días
conseguirlo, eran artículos que allí no tenían utilidad.
—¿Estamos seguros aquí? Hay muchas revueltas
en la calle y las noticias ponen el dedo acusador directamente en el Movimiento
de las Mil Religiones. Me extraña que el ejército no haya entrado ya por la
fuerza. ¿No conocen este lugar?
—Claro que lo conocen —dijo sonriendo el
padre Maydana—. Saben dónde estamos, aunque se esfuercen en obviarnos. Hacen
como si no existiéramos y así se ahorran darnos publicidad. La causa de que no
hayan venido es sencilla. Ellos han hecho correr el rumor y saben de primera
mano que es un bulo. No les interesamos porque no somos una amenaza. O eso
creen ellos.
—Si estás en lo cierto, ¿por qué el plan es
largarnos a primera hora de la mañana?
—Mucha gente y muy importante os busca.
Estamos en el epicentro de la colmena y por aquí pasan un montón de personas.
Tenemos equipados varios emplazamientos seguros y sólo falta decidir cuál será
el mejor. Además, contamos con pocos efectivos, no hemos recibido noticias de
la Tina, ni sabemos qué les ha sucedido a los miembros de la Resistencia que se
quedaron allí.
—Cuando los acontecimientos se precipiten, el
resultado final no parece que vaya a depender del lugar donde estemos.
—No te preocupes, Zach. Llevamos mucho
preparando este momento. Y Dios estará de nuestro lado, no tengo la menor duda.
—Si fuera así, padre, no necesitaríamos
tantos planes ni tendríamos tantos problemas.
—Los caminos del Señor son complicados y no
vale con rezarle una oración, hay que actuar. Me encantaría entrar en
discusiones teológicas contigo, pero tenemos mucho que hacer.
La serenidad del padre Maydana desconcertaba
a Zach. Era un hombre de Dios y a la vez un hombre de acción. Y, por supuesto,
le ocultaba datos, lo que a estas alturas del guión no era ninguna novedad.
Quizá debería replantearse su profesión de investigador cuando todo aquello
acabara si para entonces no le hubieran matado, esclavizado, convertido en otro
ser o elaborado como alimento.
—¡Mierda, joder! ¡Este café con leche sabe a
rayos!
—CL no es café con leche, significa
“ciruela-laxante”. El padre Daniel pidió la modificación porque le costaba
hacer aguas mayores y ahora algunos de los religiosos no saben vivir sin ello.
Yo que tú lo tiraría ahora mismo si no quieres pasarte lo que queda de noche en
el baño.
Caroline impidió que el cuerpo de Allison se
desplomara contra el suelo, pero no que tiñera de rojo los adoquines.
Sujetándola por los hombros, tiró de ella para ponerla a resguardo. Death había
tomado posición detrás de un enorme CoDos
y Ross había sacado un arma y disparaba con su brazo sano, mientras todos se
dirigían a un contenedor separador de residuos. Todos menos Maggie, inmóvil,
rodeada de una ráfaga de balas y láseres que parecían desviar su trayectoria
para no rozar a la niña. Cuando el ángel de la muerte miró hacia ella, una
extraña sensación le recorrió cada una de las vértebras de su columna. De
repente, tenía la impresión de estar en el lugar equivocado y en la misión
equivocada. Le inundaban los remordimientos y la tristeza y se veía incapaz de
apretar de nuevo el gatillo. El intercambio de disparos cesó y el silencio se
apoderó del callejón.
Sam abrió los ojos sobresaltado por la
presencia de Caroline de nuevo en su mente. Sabía que estaba cerca de allí y en
una situación de peligro. Sin dudarlo, se puso de pie y se dirigió a la salida.
La maniobra pilló a todos por sorpresa, por lo que no pudieron evitar que
cruzara la puerta. Varias voces le pedían que se detuviera, pero él ni siquiera
las escuchaba. Su mente discriminaba la información importante de la superflua.
Fueron tras él Robinson, Nicole y Zach, recién llegado a la sala y que siguió a
los demás casi por inercia.
Cruzaron dos calles hacia abajo y en el
callejón que se abría a la derecha encontraron la rocambolesca escena. Un ángel
de la muerte paralizado frente a una niña de unos ocho años que lo miraba con
ojos fijos, inquisidores. Detrás de ella, las figuras de otras cuatro personas.
El coronel Ross, herido en un hombro, apuntaba con su arma al matón. Junto a
él, Maugé y Caroline sostenían a Allison, de cuyo abdomen salía la sangre a
borbotones. Sam tomó el dominio sobre Death sin el menor esfuerzo, como si su
voluntad estuviera anulada ya de antemano.
— Tranquilos, lo tengo controlado. Id a ver
que les ocurre a los demás.
Zach y Robinson corrieron hacia el grupo.
Zach cogió a Allison en brazos, Caroline asió la mano de Maggie y Robinson
ayudó a Ross. Nicole, en cambio, no mostró el menor interés por ellos y en un
instante se había plantado delante de Death.
—¡No lo hagas! No está oponiendo resistencia,
no es una amenaza.
—Eso ahora. ¿Y mañana? ¿Qué te crees que
hacía un ángel de la muerte tan cerca de nuestra posición? Sería absurdo correr
el riesgo.
Sam estuvo a punto de introducirse en la
mente de Nicole, pero no estaba seguro de tener fuerzas suficientes para
controlar a dos individuos a la vez. Además, la última vez que lo hizo casi la
mata. Nicole colocó su mano sobre el pecho del hombre y focalizó una descarga
eléctrica sobre él. El corazón de Death se paró y su cuerpo inerte quedó
tendido en el suelo, abrazado por la oscuridad. Nicole, con gesto
imperturbable, se unió a los demás de vuelta a la Catedral.
Sábado,
22 de noviembre, 2025
Noto a
Nicole cada vez más extraña y distante. Pienso que es por la soledad, esa amiga
que siempre la ha acompañado. Cuando huimos juntos me contó que durante el
tiempo que permaneció ingresada en el Memory Shelter, apenas recibió un par de
llamadas de los compañeros de trabajo y dejaron de hacerlo cuando ella olvidó
sus nombres. El Maugé infundía miedo en los demás, como si fuera contagioso.
Pasó su niñez yendo de familia en familia hasta los dieciocho años y no había
creado grandes vínculos con nadie. Sabía que justo antes de ingresar faltó a
una cita con un hombre, pero no recordaba quién era. No sé por qué esta confesión
ha hecho un clic en mi interior. Robert también estaba solo. Su mujer y su hijo
se habían largado y sus padres adoptivos estaban acostumbrados a tener noticias
de él un par de veces al año. De Caroline nunca supo demasiado, pero no parecía
tener ningún vínculo con el exterior. Me pregunto si este aislamiento también
formaba parte del proyecto. Nadie nos obligaba a ingresar, pero ¿qué otra
opción teníamos?
Jensen jamás había visitado ningún lugar
religioso, sin contar el encuentro relámpago con las monjas. Recordó las
palabras de aquella extraña mujer sobre sus almas descarriadas y se preguntó
cuánto habría de verdad en ello. ¿Tenía él alma? Y si la respuesta era
afirmativa, ¿había tomado el camino correcto? Deambulaba por el lugar,
observando ritos, iconos y feligreses, aspectos todos desconocidos para él. A
su llegada, los habían ubicado en una zona apartada, aunque tenía permitido dar
una vuelta por el resto del edificio siempre y cuando se diluyera entre la
multitud y no llamara la atención. Se sentía un
turista por primera vez en su vida. Le sorprendía que miembros de tan
diferentes cultos pudieran convivir bajo un mismo techo y no hubiera
enfrentamientos, ni guerras, como él había estudiado. El paso de la popularidad
al ostracismo los había hecho comprender cuánto podían llegar a tener en común.
Se paró en una pequeña sala, con la palabra “Capilla” pintada a la entrada y
decidió sentarse un rato en uno de los bancos y contemplar lo que allí pasaba.
Lo primero que le sorprendió fue ver a un hombre bajito y calvo que vestía una
túnica en vez de pantalones y que encima parecía el jefe. Comió un pedazo de
pan, bebió de una copa de vino y dijo que estaban todos invitados al convite.
Jensen, ni corto ni perezoso, se hizo paso hasta el altar, cogió el cáliz y se
bebió su contenido de un trago ante el estupor general.
—¿Qué estás haciendo? —exclamó el cura.
—Usted ha dicho que estábamos invitados, ¿no?
—¿Y por eso te bebes todo el vino?
—No me diga que pensaba convidar a toda esta
gente y no tiene nada más.
—¿Quién se supone que eres tú? ¿Eres
católico? ¿Estás bautizado?
Jensen puso un gesto de extrañeza a la par
que trataba de adivinar qué sería eso de estar bautizado. Le salvó la campana
cuando el tumulto exterior rompió la tensión y vio aparecer a Nicole en la
sala.
—¿Qué se supone que estás haciendo aquí?
¿Crees que es un buen momento para pegarse una fiesta?
—¿Ha ocurrido algo?
—Ven conmigo y descúbrelo tú mismo.
—¡Santo cielo! ¿Qué ha pasado?
—Padre, un Ángel de la Muerte les ha atacado.
Necesitamos trasladarlos a un hospital, especialmente a ella.
Zach mostraba el cuerpo ensangrentado de
Allison en total estado de inconsciencia.
—¿No recuerdas que tenemos aquí una sala
médica? Pronto olvidas que fui yo quien te curó aquella herida el día que nos conocimos.
Acompañadme. Que vengan sólo los heridos y Zach y Robinson para ayudar con el
traslado.
El padre Maydana los guió a través de un
laberinto de pasillos hasta llegar a lo que parecía un cuarto de limpieza.
Colocó la palma de la mano en el sensor biométrico y, al entrar, comprobaron
que en realidad estaban en un ascensor que comenzó a descender. Al llegar abajo
Maydana indicó a Robinson que acompañara a Ross a una sala de curas y avisara a
un tal John para que se encargara de él. El pulso de energía sólo había rozado
al coronel y la herida era superficial, aunque no estaba de más practicarle
algunas pruebas. Zach con Allison en brazos y el sacerdote continuaron hasta el
final del pasillo, donde encontraron un nuevo sensor biométrico que, en este
caso, también analizó la retina del clérigo.
—Ésta es una sala médica de última
tecnología. Ponla en la camilla.
—Supongo que vas a tratarla tú mismo.
—Así es. Entré en el seminario para poder
estudiar Medicina y terminé añadiendo la Teología. Eran otros tiempos.
Maydana cortó la ropa alrededor de la herida,
la limpió y apretó un botón que hizo aparecer un brazo metálico del techo. Lo
colocó sobre la herida y accionó una palanca para dejarlo fijo sobre ella.
—El C3R2 es el mejor robot clínico del
mercado, un lujo necesario si tenemos en cuenta nuestras actividades. La
catedral es mucho más que un lugar de culto. Ahora mismo está taponando y
desinfectando la herida. Voy a tomarle una vía subcutánea para la
administración de los medicamentos y para poderle hacer una transfusión. Suerte
que contamos con nuestro propio banco de sangre.
La vía era un pequeño tubo de metal adherido
bajo la piel. Los conductos por donde circulaban los medicamentos y la sangre
se quedaban unidos a él como si fueran un imán. Maydana presionó la pared y al
momento apareció un sillón blanco provisto de un casco. Se sentó, se colocó el
artilugio sobre la cabeza y empezó a realizar diferentes movimientos con las
manos. El robot operaba siguiendo sus órdenes y, en pocos minutos, había extraído
los fragmentos de hueso y cauterizado la herida.
—Quédate con ella. Parece que todo ha salido
bien y debería de despertar en unas horas. Voy a ver cómo está el otro
paciente. Luego me contaréis qué ha pasado.
En la parte de arriba Jensen vigilaba la salida,
Nicole permanecía sentada en el suelo con aire ausente, Caroline aseguraba a
Maggie que su madre se iba a poner bien y Maugé aprovechaba para entablar una
conversación con Sam.
—Fui una de las piedras angulares de Némesis
desde sus orígenes y predije lo que podía ocurrir. Yo lo llamé “síndrome del
zángano”, pero luego lo rebautizaron con mi apellido cuando me dieron por
muerto. Vaya panda de hipócritas.
—¿Y por qué lo dejó?
—Digamos que empecé a cuestionar los métodos
empleados y, a la vez, me convertí en alguien no grato. Fue un sentimiento
mutuo. Simulé mi propia muerte y desaparecí, aunque desarrollé mi propio plan
en la sombra.
—¿Hizo eso usted solo?
—He tenido ciertos apoyos indispensables,
pero aún no es el momento de desvelarlos. No falta mucho. Por cierto, ¿qué le
sucede a Nicole?
—Ojalá lo supiera. No es la misma de antes.
Claro, que quién lo es.
—¿Puede haber sido a raíz de la
transferencia?
—No. Nicole no llegó a recibirla. Sólo
Caroline y yo. Y creo que Robert, pero él debió de morir en el asalto al Memory
Shelter.
—¡Ella sigue en el cuerpo original y aún así
ha desarrollado sus potencialidades! Quizás sea ésa la cuestión.
—No le comprendo.
—La transferencia es un proceso concebido por
el maldito Stein para paliar los síntomas del síndrome. Éstos son, en esencia,
un fallo en el chip que contiene vuestra memoria humana. Si Nicole no ha pasado
por ello, quiere decir que el zángano sigue avanzando, o por lo menos no ha
mermado. Si a la vez está desarrollando ciertas habilidades, significa que su
memoria no humana ha despertado. ¿Me sigues?
Esto es una muestra. Podremos acabar de leer el capítulo en cuanto se publique la novela MEMORIAS DEL PORVENIR, que próximamente saldrá a la venta para recaudar fondos en beneficio de la Asociación Síndrome de Marfan, SIMA. Disculpa las molestias. Gracias por tu comprensión.
Uf, muy interesante como va encaminada la novela. Me ha gustado el transcurrir de las escenas, los personajes se me hacen cada vez mas llenos de personalidad, cada uno mostrando sus miedo, deseos e inquietudes. Felicidades por este capítulo, y gracias por mostrarnos que los buenos no son tan buenos, y los malos no son tan malos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Verónica. Supongo que eso es como la vida, no hay malos ni buenos absolutos :).
EliminarMuy buen capítulo Leticia, enhorabuena por tu trabajo, porque te has acoplado a la perfección. Parece que estuvieras con nosotros desde el principio. Te has estudiado los capítulos anteriores y eso se ve reflejado en el tuyo, en el que has desenterrado detalles que teníamos olvidados. Vamos avanzando con paso firme hacia el desenlace, con tensión y emoción. Me ha encantado el sentido del humor que has desarrollado en la novela, creo que es el más fino de toda la novela. Escribes muy bien. Felicidades.
ResponderEliminarMuchas gracias Tico, Sí, me estudié la novela hasta salirme por las orejas pero sarna con gusto no pica. Me alegro de que te guste el sentido del humor, era un reto introducirlo en una trama tan compleja y que formara parte de la historia. Tengo unas ganas de saber como sigue la novela...
Eliminar¡Enhorabuena Leticia!
ResponderEliminarNo esperaba menos de ti, pero me ha encantado lo bien que has continuado el argumento y la claridad que le has dado a la historia.
¿Soy el único que está esperando que llegue el día 1?
¡Muchas gracias Jorge, especialmente por la confianza! Como habrás comprobado, vas a tener que esperar un poquito más que hasta el día 1 ;)
EliminarEste capitulo mantiene vivo el interés en la trama. Muchos interrogantes a esta altura para un desenlace de película. ¡¡Enhorabuena!!
ResponderEliminarEsa era la idea, cerrar hilos anteriores y dejar la trama abierta a cualquier posible final. ¡Gracias Colombiana!
EliminarFelicidades, Leticia. Especial saludo desde Bogotá.
EliminarLeticia, estoy de acuerdo con mis compañeros que parece que estuvieras en el proyecto desde el principio por lo bien que has sintonizado tu capítulo con los demás. Has sabido rescatar y cerrar ciertos hilos que andaban por ahí sueltos y has conseguido un capítulo sólido y emocionante. Pero lo mejor lo has dejado para el final, llevando a los personajes a la Abeja Reina, dejando espacio para un desenlace que puede llegar a ser espectacular. Muy bueno ¡Mis felicitaciones por un gran trabajo que supongo que lleva atrás un gran esfuerzo!
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