ÚLTIMOS COMENTARIOS

miércoles, 26 de junio de 2013

ENTREVISTA A JAVIER BOTET

La imaginación me está jugando una mala pasada. Me digo que es porque pocas veces suelo ejercer como periodista (pocas suelo intentarlo, siquiera). Pero lo que teme temer mi subconsciente, en verdad, es al personaje. A su leyenda. Mi asustado inconsciente y mi cándida conciencia atraviesan la ciudad a su encuentro.

Hemos quedado en el ático de una antigua finca del eixample barcelonés. Es una mañana fría de este invierno poco frío. Llego puntual. Carpeta en ristre, repaso los timbres de arriba a abajo una vez y otra. Primeros, segundos, terceros, cuartos. Nada. Ni rastro del ático. Empezamos bien. Empujar el portón; eso es. Quién dijo miedo. Y lo hago. Es una estructura compacta hecha de cristal, madera maciza y un metal que por su aspecto pesado parece más bien plomo del bueno antes que aluminio. Pese a su aspecto titánico, la puerta cede sin más complicación. Buenas bisagras, piensa mi yo con objeto de mantener a raya la cobardía de mi yo-no. Tal vez esperaba oír un chirrido siniestro. Lástima. En parte algo decepcionado, mis pasos y su restallido me acompañan a lo largo de la portería desierta. Por lo demás, silencio absoluto. Vaya, ¿es que vengo hasta aquí y no va a haber ni un triste gritito desgarrado? Mi yo se envalentona. Mi yo matasietes que no sabe lo que quiere. Y sigo. Tras de mí quedan ya los buzones cuando reparo en que, al fondo,  la puerta metálica del taller de confección chino está a medio subir. Pienso que también podría ser a medio bajar, lo que me resulta más inquietante. Me gusta. Estimulado por esa sensación, continúo hacia el ascensor. Acciono el botón de llamada y no pasa nada. Entonces llega el momento en que siento cómo mi pulso se acelera levemente por vez primera. ¿No querías atmósfera? Pues toma, ¿qué tal subir por la escalera? Y mi yo consciente calla. Se disuelve.

Por suerte, la luz funciona. Remonto un piso detrás de otro con menos aliento del habitual. Me digo que con lo del ascensor ya he tenido bastante. Que ya me creo que todo esto da mucho miedo. Afino el oído esperando escuchar algún niño que ríe, alguna cazuela que choca con su tapa, la música de una radio matinal. Pero en estos rellanos el tiempo no transcurre. Al menos así me lo parece a mí; y cada vez me asustan más mis propias pisadas.

Llego al ático. La puerta es pequeña. Está cerrada. No hay mirilla. Imagino entonces lo que podría aguardarme ahí dentro.  Y me veo sumergido en un baño de oscuridad. Acechado por niñas malignas que deberían rozarme lo justito; acorralado por no-muertos de colmillos templados en las mismísimas acerías de Toledo;  plácidamente asfixiado por el abrazo animoso de un hombre hecho de otros. Jolín con Mary Shelley, me digo. Y doy dos golpecitos que, inusitadamente, sin más, hacen ceder la puerta. Una voz amiga me dice que pase. Y yo paso, claro. Está en su mesa de dibujo trabajando en algo que, desde donde estoy, me parece un guion. Al verme se levanta. Soy un tipo alto, pero él me saca un buen trozo. Acerca hasta mí sus dos metros de tío y también la mano tendida y la sonrisa cálida.

Dejo de imaginar en este mismo momento. Mi yo vuelve tranquilo. Lo mejor va a ser convertir en realidad esas ganas de hablar con él. Tal vez le conozcáis por sus papeles en REC, Balada Triste de trompeta, Mamá u otras apariciones en cine y teatro.

Amigos de ilustratura, este mes, tenemos el inmenso placer de presentaros a Javier Botet: actor, director de cine e ilustrador. 

[1]
Ilustratura: Hola Javier. Al fin te tenemos enfrente.

Javier Botet:
Hola, muy buenas Miki.

[2]
I: Como sabes, este proyecto trata de dar a conocer el trabajo de los artistas  colaboradores, pero también de difundir la problemática sobre el síndrome de Marfan.¿Puedo preguntarte cuándo te lo diagnosticaron?


JB:  Creo que aproximadamente a los 5 años. Mi tío es médico y ya entonces notó ciertas anomalías que le llevaron a la conclusión.

[3]
I: El diagnóstico puede parecer una maldición, aunque lo cierto es que es justo lo contrario. ¿Cómo  cambió tu vida a partir de entonces?

JB: Mi vida no la conozco antes de ese diagnostico, a los 2,5 años ya se me intervino, y a los 5. Siempre me entendí como un niño normal pero con problemas de vez en cuando por una historia que se llamaba “marfan” la cual teníamos presente pero de una forma muy velada. Sin embargo a los 20 años aproximadamente un “amigo” me enfrento a un futuro casi inexistente basándose en conocimientos anticuados. Tras una depresión seria empecé a investigar más profundamente y a buscar consejo. Encontre a SIMA, y allí a gente como “tú”, Miki, que me descubrieron la realidad del MARFAN y me permitieron mirarla con perspectiva, y empezar realmente a vivir con ello, a controlar y tomar medidas las cuales conllevan un beneficio increíble. Sin ellos, seguramente habría muerto hace ya unos 6 años, “así de claro”.

[4]
I: Y hoy en día, ¿cómo es tu relación con el SM?

JB: Con el rabillo del ojo siempre la tengo vigilada. Hago una vida totalmente normal y hasta no hace mucho llena de excesos. Ahora he empezado a respetarme un poco más, pero simplemente para sentirme más cómodo en el día a día, para evitar resacas, para tener más energías y dedicarlas al cine y a otros placeres que requieren energía. El SM es parte de mí, no lo entiendo como un elemento extra. Si no tuviese síndrome de Marfan, Javier Botet no existiría, y me siento muy cómodo y satisfecho de Javier Botet.

[5]
I: ¿Cuándo nace en ti el interés por el arte?

JB: Conforme uno se vuelve más pretencioso con la edad empieza a usar ese término para darle más importancia de la que tiene a esa afición o necesidad. Soy creativo desde que tengo uso de razón, me gusta y se me da bien, me divierte hacer casi de todo. Soy muy afortunado de hacerlo y conseguir unos resultados que suelen generar una satisfacción a los demás. Solo soy otro oportunista más. ¿Disfruto y encima me pagan? ¿Quieres llamarlo arte? Llámalo como quieras mientras pueda seguir jugando a esto, como llevo jugando desde que nací.

[6]
I: Llamémoslo arte, entonces. Se da la circunstancia que dentro del colectivo de afectados por el síndrome de Marfan, hay muchas personas con inquietudes artísticas y creativas. Sucede igual con otras enfermedades; Mozart, Proust, Van Gogh, entre otros  muchos, han alcanzado la categoría de Universal a pesar de sus inseparables problemas de salud. Lo que lleva a plantearse si fue “a pesar de” o “gracias a” ¿Piensas que puede existir una relación entre arte y enfermedad?  En tu caso, ¿de qué forma ha determinado tu acercamiento al arte?

JB: No soy sociólogo, pero si hay tantas coincidencias como encuentras en internet entre esta creatividad y el síndrome de Marfan, te planteas que exista una relación. Puede que el sentirse diferente sea suficiente para motivar una estrategia más creativa de adaptación, o quizás la forma peculiar del cráneo tenga que ver con las capacidades intelectuales. Como mínimo nos hace ilusión pensar que esto es algo que nos dota de algún beneficio para suavizar el concepto de que somos simples enfermos. Algunos médicos nos denominan “mutantes” y eso puede sonar hasta sofisticado. Pero no soy capaz de decantarme por ninguna opinión, pues cada vez sabemos que son más los afectados y que durante tantos años es inevitable que muchos grandes talentos hayan padecido el síndrome.
Esperemos que los científicos, psicólogos y sociólogos lleguen a una conclusión definitiva.

[7]
I: ¿Cómo fue tu primera experiencia profesional en el cine?

JB: Como la mayoría, física y mentalmente muy exigentes e increíblemente satisfactoria. Pero la primera si tuvo ese componente de desvirgue que marca de por vida. Tras asimilar que había hecho realidad un sueño tan a priori inalcanzable e ilusionante, lloré. Me sentí tan agradecido y realizado que me sorprendí llorando mientras hablaba con mi madre por teléfono.
Vamos! Toda una primera experiencia de libro.

[8]
I: ¿Te habías planteado antes ser actor?

JB: Ya era actor, no me lo plantee. Lo soñé, sí, a nivel profesional. Realmente ya llevaba tiempo actuando y dirigiendo mis cositas con amigos por diversión, pero comenzar a hacerlo en un circuito profesional en el que ese titulo de “actor” parece tener otro significado y que puede empezar a recibir más reconocimiento solo era un sueño.

[9]
I:¿ En cuántas películas has trabajado como intérprete?

JB: Todavia en pocas. Entre teatro, televisión, y cortometrajes puedo ver una trayectoria densa y rica pero en películas solo he actuado de momento en unas 12.

[10]
I: También son muchas las  series televisivas en que has aparecido. Desde el punto de vista del actor, ¿qué diferencia hay entre el cine y la televisión?

JB: Cada vez menos cosas. La televisión suele exigir mas inmediatez, te permite cuidar menos todo. Los tiempos son menores, así que exigen un mayor desprendimiento para el artista.

[11]
I: Y llegó el teatro, Frankenstein. Cuéntanos un poco...

JB: Al desconocerlo, lo he respetado y no he pretendido optar a algo que a priori parece sagrado para este colectivo de la interpretación al que acababa de llegar. El director fue quien me busco y me propuso una prueba y hay pocas cosas que me gusten más que desafiarme, así que como mínimo me pareció superinteresante hacerla e intentar hacerlo lo mejor posible. Así que así empecé lo que fue una intensa experiencia muy enriquecedora y reveladora sobre el teatro. Estuvimos durante más de un año, haciendo la obra en uno de los teatros más grandes de Madrid y de gira, incluso pasando por Nápoles.

[12]
I:¿”Teatro” son palabras mayores?

JB:  Bueno, son todo lo mayores que quieras que sean. Son diferentes cine, tv, y teatro, sí, pero tras mi experiencia “mínima” he encontrado algunas cosas mucho más intensas en el cine que en el teatro y viceversa. Entiendo la importancia emocional y profesional que le otorgan al trabajo teatral pero yo soñé siempre en cine y es lo que me llena con mucha diferencia.

[13]
I:Con Al final todos mueren te estrenas como director. ¿Qué tal es la experiencia de estar detrás de la cámara? ¿Puedes contarnos algo sobre el proyecto?

JB: Solo es otro de mis experimentos. Ha sido una experiencia muy didáctica por que trataba un género que no había tratado en ninguno de mis trabajitos como director. No me lo he tomado muy en serio puesto que lo único que he hecho ha sido gastarme un poquito de dinero en un juguete nuevo. Me encanta dar con la tecla, así que seguiré practicando con estos juegos para sentirme realizado. Estar detrás de las cámaras frustra por una parte, puesto que no me deja estar delante con la misma intensidad, pero por otro lado estar delante hace lo propio al no dejarme dirigir. Tengo que aprender a no ir de listo y hacer cada cosa con el esfuerzo que merece para conseguir un resultado óptimo. Esta película es una película muy barata que hemos hecho entre 4 amigos para perderle el miedo al formato “película”. Tras muchos cortometrajes, hemos decidido hacer cine repartiéndonos el esfuerzo para ir entrenando mientras nos divertimos. Se llama Al Final Todos Mueren y viene a tratar de manera periférica el fenómeno fantástico del final del mundo. Consta de 4 historias diferentes a casi todos los niveles sobre como se puede enfocar un final del mundo irremediable. Son historias humanas en esta situación tan inabarcable.

[14]
I: ¿Continúas haciendo ilustración?

JB: Sí; menos que antes ya que me ocupo en otras muchas cosas, pero sigo integrando el dibujo al cine en modo de concepts o storyboards, pero también de vez en cuando para algunas publicaciones con ilustraciones. Lo he descuidado, pero tengo otros muchos estímulos que sacian mis necesidades creativas. Necesitaría otra vida para hacer todo lo que quisiera.

[15]
I: No sé si sabías que uno de los ilustradores que participa en el proyecto, Rubén Rojas, colaboró con una ilustración sobre la niña Medeiros, que tú interpretaste en REC, para el cómic [REC] Historias inéditas. Más allá de la casualidad, ¿qué te parece su trabajo?

JB: Qué casualidad. Bonito trabajo. ¡Felicidades Ruben!

[16]
I: Y no contento con cine, teatro, ilustración, también te animaste a protagonizar el videoclip correspondiente al tema Frente a frente, de Enrique Búmbury. ¿Qué recuerdo guardas de aquel trabajo?

JB: Todo bueno, excepto el fresquito que hacía y más con la poca ropa que llevé. Conocí a Janette quien me cantó un poquito de alguna de sus canciones, por fin trabaje con J.A. Bayona con el que espero volver a trabajar pronto, y tuve también la oportunidad de compartir una noche de trabajo con Búmbury como curiosidad, pues tampoco fui nunca seguidor, pero valoro su trabajo.

[17]
I: Sin duda, por tu condición indiscutible de icono del terror estarás acostumbrado a ser el que asusta. Pero, cuéntanos, ¿Hollywood no da un poco de miedo?

JB: ¿Miedo? ¿Te pegan alli? jejeje, te entiendo. No, no me da miedo. Me da curiosidad, siempre me he echado la siesta cuando me ha apetecido, si me cansaran no tendría problema en decir: "silencio, no me molestéis que voy a echarme un rato".
Si tuviese que hablar de qué me da miedo, diría que tengo más miedo al desorden que puede causar en mis esquemas una sola mujer que toda la industria de Hollywood.

[18]
I: Jessica Chastain, Andy Muschietti, Guillermo del Toro... Mamá parece un punto de inflexión en tu carrera, una catapulta hasta el epicentro de ese cine de terror con que hemos crecido. ¿Qué sientes después de este último trabajo?

JB: Siento que algo que entendía como lógico desde el principio, con trabajo, paciencia, y mucha suerte, está sucediendo. Que tenía que suceder, y que si dios quiere (si existe), seguirá en esa dirección.
Hace unos años me llamó Sony Pictures para trabajar y por temas burocráticos no sucedió y no me molestó mucho porque sabía que tendría más oportunidades. No tengo prisa, ya gano por goleada a mis pretensiones.

CUESTIONARIO RÁPIDO

1. Mejor y peor:
Danos dos respuestas de cada una, pero no hace falta que indiques cuál es el mejor y cuál el peor.

·       Libro: La Metamorfosis de Kafka. Ninguno, no me gusta casi leer.
·       Personaje histórico: Hitler.
·   Grupo musical/cantante: Michael Jackson. No soy capaz de resaltar un “peor”, hay varios géneros enteros que detesto.
·       Lugar: Madrid. Berlín.
·       Época: El futuro. El pasado.
·     Plato: EL arroz con caldo de mi abuela y mi mama. Adoro la comida, no hay nada que no me guste si se cocina bien.

2. Sobre…
Lo primero que se te ocurra sobre…

·         Dios: ni idea, me da pereza intentar decir algo coherente al respecto.
·         Fútbol: Real Madrid a muerte.
·         Antoine Marfan: Puso el nombre a algo que ni sabía que era, ¿no? No conozco bien su leyenda.
·         Ilustratura: Comics, libros con muchos dibujos, algo extraño. Si no, no me interesa.
·         SIMA: Útil
·         Disney: Cabronazo con Talento. Recuerdos de infancia. Motivador e inspirador. Mi madre.


Únicos:
Según tú, no puede haber dos...
·         Una mujer: Sofía.
·         Un día: Hoy.
·         Un coche: No quiero.
·         Una canción: Human Nature.
·         Un deseo: Sofía.
·     Una frase: «Mejor un problema que nada». Esto lo digo mucho porque cuando me aburro intento darle una patada a cualquier cosa para forzar a la vida, generar situaciones, alegrías que recordar, problemas que solucionar, lecciones de las que aprender, etc..
Cuando no sucede nada, no estás vivo.


Para saber más sobre Javier:


3 comentarios:

  1. Muchas gracias a Javier por esta interesante entrevista, y por dedicarnos tu tiempo para nuestro proyecto que también es tuyo y también a Miguel Ángel por esta incursión en el mundo del periodismo :) El texto introductorio es estupendo, marca de la casa.

    ResponderEliminar
  2. Espectacular entrevista. Un placer conocer a un personaje como Botet de esta forma tan íntima, lo mismo que pasear por la forzadamente terrorífica introducción de Miguel Ángel.

    ResponderEliminar
  3. Muy interesante, gracias por esta oportunidad de ir conociendo mejor a los siempre interesantes integrantes de ilustratura!! Michelángelo, te veo de guionista en la próxima película de Javier Botet, sería genial, no??? Un abrazo, S.

    ResponderEliminar